Una palabra recorre mi boca,
la cubre de saliva y despierta
el recuerdo de otra boca
que a un día de vuelo de paloma
descubre en su propia saliva
esta palabra que mi boca
no puede pronunciar.
E.
(de Memorias del otro lado del mar)
Una palabra recorre mi boca,
la cubre de saliva y despierta
el recuerdo de otra boca
que a un día de vuelo de paloma
descubre en su propia saliva
esta palabra que mi boca
no puede pronunciar.
E.
(de Memorias del otro lado del mar)
E.
(de Memorias del otro lado del mar)
Sólo aquel que tiene algo
puede perderlo.
Sólo aquel que espera algo de la vida
tiene la posibilidad de que la vida lo defraude.
Sólo aquel que quiere ser alguien
se pierde la oportunidad de Ser.
El pájaro vuela
porque en el vuelo se realiza a sí mismo,
pero para poder volar,
no puede estar agarrado a la rama.
¡Qué feliz el pájaro flotando sobre el vacío
cuando ni él mismo advierte
que está como disuelto
en el viento
de la montaña!
E.
(de Memorias del otro lado del mar)
E.
(de Memorias del otro lado del mar)
El vuelo de la tiñosa
y ese sabor de boca
que dejan los tamarindos chinos.
Las ramas en el viento
y un niño de nueve años
sorteando espinas para alcanzar el cielo.
Al otro lado el carrusel
gira y gira como mi vida ahora mismo.
Y veo niños jugando entre árboles.
Y veo risas creando mi mundo de ahora.
Sé que no volveré a ser
ese niño que conocía todos los escondites,
y sabía dar vueltas, sin parar, en el tiovivo,
o saltar al aire desde un columpio.
Pero ahora está abierta mi alma
como ese parque
que puedo ver otra vez,
y, estirando la mano,
puede que incluso alcance
una vaina encaracolada
de tamarindo.