
mi abuela no me dejó una muñeca
sólo me dejó sus dioses
que se mecían con ella en el sillón
mientras escuchaba la radio
mi abuela me dejó salmos
que cantaba por las noches con una voz ahita
me dejó las luces de un árbol de navidad
que no se apaga en mi memoria
y desde el que mi abuela nace cada día para mí
me dejó su casita refugio
su corazón refugio
me dejó un jardín lleno de flores
y buñuelos de yuca con miel
y dulce de leche
no me dejó una muñeca
aunque sabía hacer muñecas
porque yo era un niño varón
y tenía que ser macho
pero me dejó su sonrisa
llena de amor y de tiempo para mí
y sus ojos brillantes de ternura
E.