
Nadie habita ya en la casa.
Nadie mira la hora de salir o de entrar,
de comer o de acostarse.
Sólo los pasos van y vienen como pájaros.
O tal vez no se mueven…
¿Quién podría decirlo si no hay nadie?
Nadie inventa palabras
para nombrar a las palabras
y ellas juegan libremente
sobre la hoja en blanco.
Nadie limpia las ventanas
y ahora la luz entra
por todas partes.
E.