
El otro va por la otra acera,
calza los otros zapatos,
viste la otra armadura transparente.
(El otro tiene otro tono de voz
que limpia sin miedo los ruidos
de la noche).
El otro palpa el aire con otras manos,
huele en la esquina otros olores,
oye otro murmullo entre las hojas.
(El otro mira el cielo con sus propios ojos
y ve en las estrellas brillantes
y en las apagadas
un mismo asombro de luz).
El otro se desangra con otro corazón,
se baña en otras aguas,
se pierde en otros mares.
(El otro sabe hacer otros poemas
que canta al oído de los dioses
cuando duerme).
A veces, el otro cruza la calle
y camina un ratito
muy dentro de mí.
E.