
Cada mañana miro las ramas del árbol del otro lado de mi ventana. Está lleno de brotes y cada día descubro que se abre una nueva hojita.
Estamos aislados. Ahora se puede ver con claridad lo aislados que estamos. Nuestra comunicación ahora es casi toda virtual y no nos preguntamos si acaso siempre lo ha sido.
Entrar en contacto con algo vivo usando algo muerto, ¿es eso posible?
Estamos aislados. Somos aislamiento. Todo lo que yo soy, todo lo que imagino de mi mismo, todo lo que recuerdo, lo que reconozco como yo, es puro aislamiento. Y desde allí me comunico con el mundo, y quiero forzar al infinito mundo a entrar allí, quiero cambiar el mundo, quiero ajustarlo a mi, quiero “mejorarlo”. Y así hemos creado toda esta confusión que solo expresa nuestro aislamiento.
Cada mañana miro las ramas del árbol del otro lado de mi ventana. Una hojita se abre con su propia e infinita belleza, sin utilidad alguna para el mundo que hemos creado.
E.
Me encanta!
Me gustaMe gusta
Es lo que tiene detenerse y ver lo que pasa a nuestro alrededor, ahorra con tiempo nos fijamos en pequeñas cosas que no dejan de crecer y no se paran ante nada.
Disfruta de esos brotes de tu árbol.
Un abrazo y ánimo en estos días!
Me gustaMe gusta