me senté a escribir
en una cafetería
llegó una tía con su chico
no paraba de hablar por el móvil
su chico la miraba y sonreía
era una ametralladora
dando consejos
con autoridad
luego colgó y tampoco dejaba hablar a su chico
él sonreía paciente
al fondo había otra pareja más joven
conversaban animadamente
de vez en cuando se besaban
llegó otra pareja y se sentó en el centro del salón
compartían sus sandwiches
y bebían café
a veces se miraban y sonreían
como si no hiciera falta decir ni una palabra
por detrás sonaba la música
y los sonoros besos de los enamorados
me di cuenta de algo
hay muchas clases de silencio
uno de ellos se deslizaba sobre la hoja
yo miraba y escuchaba y escribía
y nada más
E.