Hay un lugar donde el amor comienza y un lugar
donde el amor termina.
Hay un roce de dos manos que derrota a todos
los diccionarios.
Hay una mirada intensa de ojos tan grandes como un horno abierto
de la Bethlehem o la llamita verde-fuego de una soldadora autógena.
Hay dichos solos que se lanzan sin cuidado portentosos como
un enorme desvío en el río Misisipi.
Manos, ojos, lemas -de éstos el amor crea
talleres y campos de batalla.
Hay un par de zapatos que el amor usa y su llegada
es un misterio.
Hay una advertencia que el amor envía y el costo de ella
nunca se escribe sino hasta que es demasiado tarde.
Hay explicaciones del amor en todos los idiomas
pero ninguna es más sabia que esta:
Hay un lugar donde el amor comienza y un lugar
donde el amor termina -y el amor no pide nada.
Carl Sandburg