No soy yo quien escucha,
es mi silencio.
Y este nunca contesta.
No se queja del desacierto
de tus palabras,
ni te pide, ni espera.
Sólo escucha,
como quien escucha
las olas del mar,
en la concha de una caracola.
Mónica Saad
No soy yo quien escucha,
es mi silencio.
Y este nunca contesta.
No se queja del desacierto
de tus palabras,
ni te pide, ni espera.
Sólo escucha,
como quien escucha
las olas del mar,
en la concha de una caracola.
Mónica Saad