
subí a la montaña
con cuatro amigos y un perro
después de ver
una gran tromba de agua
cayendo por una pared de roca lisa
nos encontramos con la nieve
el perro blanco se revolcaba
en la nieve blanca
mi hijo no paraba de saltar
hundiendo las botas en la nieve
yo tenía las zapatillas empapadas
y casi no sentía los dedos del frío
pero la nieve era tan hermosa
que no me importaba
uno casi nunca está preparado
para encontrase con la belleza
pero cuando la encuentra o
mejor dicho
cuando ella lo encuentra a uno
el hecho de que uno esté preparado o no
carece de importancia
la subida y la bajada fueron duras
pero disfrutamos de un día soleado
buena compañía
y un hermoso paisaje
E.
(de “liquid poetry“)