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Foto: Chema Madoz |
La corrupción no es un fenómeno político,
es un fenómeno humano.
Es la propia esencia del pensamiento humano y
de la palabra,
cuya libertad le permite
desvincularse de los hechos.
Si comprendieramos esa sencilla verdad
que la poesía enseña:
que la palabra no puede nombrar los hechos
más que a través de metáforas,
cambiaríamos nuestro intento constante
de engañar y ser engañados
por el de observar, interiorizar y comprender.
O lo que es equivalente: escuchar, sentir y amar.
E.