¡eh tú
ven aquí
te patearé el trasero con mis versos!
-le digo a la Poesía comiéndome
un bocadillo de calamares-
ella me mira fijo a los ojos
muerde el bocata por el otro extremo
lo mastica lentamente
se lo traga
se bebe medio vaso de mi cerveza
luego escupe en el suelo y me dice
-¡a ver si te atreves!
E.
(de “La Poesía me acaricia mordiéndome los labios y otras chorradas“)