el gato se lame la pata como un caramelo
su blanca pata
de cuatro puntos negros
la Poesía se ríe y me dice
-es como tú
te lames el ombligo todo el tiempo
como si fueras el centro del mundo-
la miro de reojo y le digo
-¡gilipollas!-
y me largo a caminar por el parque
E.
(de “La Poesía me acaricia mordiéndome los labios y otras chorradas“)