Frente a la puerta
la luna inmensa.
Los ojos que no caben en las órbitas.
El corazón no cabe en su aposento.
La luna inmensamente llena,
blanca de puro empeño,
frente a la puerta abierta
de par en par…
De una casa vacía,
de un hombre que mira la luna
ya sin los ojos,
sin el corazón.
E.
(de Las enseñanzas de Manolo)